En consulta he escuchado muchas veces frases como: “Ya lo he intentado muchas veces”, “Hice todas las dietas que se puede imaginar y volví a subir de peso”, “Comía muy poquito y ni aun así bajé de peso”, etc. Cada caso con esa dolorosa sensación de que por mas que hicieron no lograron ver resultados y la frustración que los llevo a otro punto donde la serie de frases cambia a: “La verdad es que de algo me voy a morir, voy a comer todo lo que se me antoje”, “mejor mañana empiezo la dieta”, etc.
La experiencia en consulta y mi propia experiencia de vida me han enseñado que lo primordial es la empatía hacia mis pacientes, a reconocer y entender que cada una/o lucha constantemente sus batallas con la alimentación como puede, que hay días en que la motivación está al 100% pero hay otros que son un 5%, independientemente del día de algo si estoy segura, el peso de la báscula no define la persona que eres y el valor que tienes, y ojo eso no quiere decir que no debamos esforzarnos cada día por mejorar nuestro estilo de vida y conseguir ser una mejor versión más saludable de nosotros mismos, cada día es nuevo día para volver a empezar y construir ese camino.
¿Pero como lo construyo, si ya lo intenté muchas veces? Vamos por pasos, primero descubramos en que podemos estar fallando para luego definir que podemos mejorar. La teoría menciona que hay 2 errores comunes por las cuales nuestro proceso nutricional pudo fallar:
- Elegimos métodos “rápidos y fáciles”, llámese estos: Pastillas, détox (no supervisados), laxantes, tés adelgazantes, dietas de moda (sin fundamentos científicos y no guiados). Este es un error muy común, queremos ver cambios en el peso rápidamente a costa de lo que sea, el problema mayor no es que al optar por estos métodos con el tiempo viene el conocido “efecto rebote”, la restricción no se puede sostener en el largo plazo, el mayor problema es aquello que no podemos ver, te has preguntado: ¿qué le paso a tu cuerpo internamente?, ¿Como estaba tu hemoglobina? ¿Estabas estreñida/o? ¿Te sentías con poca energía?, etc.
- Mal enfoque: Muchas veces nuestro objetivo es únicamente “físico” y no digo que este mal, pero se vuelve tan obsesivo que en ocasiones es el resultado de pesarnos diariamente y frustrarnos al ver aumento y no disminución, sin pensar que nuestro peso es una serie de elementos. Un objetivo físico debería idealmente ir de la mano con un objetivo mucho mayor o interno, ejemplo: Mantener mis exámenes de laboratorio en rangos normales, disminuir la frecuencia con la que me enfermo, sentirme con más energía para disfrutar mas la vida y a los míos.
- Falta de acompañamiento y motivación: La realidad es, que para llevar un estilo de vida saludable inicialmente necesitamos una guía profesional, que nos indique como podemos construir un estilo de vida saludable que podamos sostener en el tiempo, sentirnos acompañados hace el proceso más fácil.
Una vez identificado el problema, te comparto a grandes rasgos que puedes empezar a cambiar para que en esta ocasión no sea como las anteriores, primero ponte metas claras pero realistas:
✓ Aumenta el consumo de vegetales (contabiliza que sean mínimo 4 porciones al día) ✓ Aumenta el consumo de frutas (mínimo 2 al día) ✓ Cocina tu proteína a la plancha (evita cocinar tu pollo o carne en aceite) ✓ Consume carbohidratos complejos (entre más fibra tengan mejor) ✓ Evita el consumo frecuente de comidas altas en grasas trans, azúcar (disminuye a 2 al mes) Si empezamos a incorporar estos pequeños cambios en nuestra alimentación ya tenemos camino recorrido.